A medida de que el mundo está más conectado tanto digital como físicamente, la gente está más cerca e interactúa en formas nunca antes vistas. Como resultado, el proceso de construcción de comunidades (unirse con gente de diferentes culturas para compartir objetivos e ideas) es más importante que nunca.
Cuando se trata de unirnos para mejorar nuestros vecindarios, nuestras ciudades o nuestro mundo, una de las cosas más importantes que podemos hacer es averiguar qué es lo que tenemos en común. El compartir algo con las personas que nos rodean (sin importar qué tan pequeño o insignificante parezca) puede ayudar a hacer conexiones que nunca pensamos que se podían lograr.
Proyectos públicos de arte, grupos de desarrollo comunitario y museos son algunas de las organizaciones que utilizan este principio para acercarnos a otras personas. Echa un vistazo a estos sorprendentes ejemplos de personas que se unen en formas completamente nuevas.
"Before I Die" es un proyecto que pone pizarras en algunos vecindarios y da a la gente la oportunidad de compartir sus metas en la vida. Estas pueden ser escalar una montaña, comer un cono de helado o convertirse en presidente. La belleza de este proyecto es que cada meta es diferente, pero conocer las de otras personas nos inspira a perseguir la nuestra.
El Museo de Arte Philbrook, en Tulsa, Oklahoma, está construyendo conexiones al darle al público la oportunidad de opinar sobre lo que quieren ver en el museo durante los próximos 25 años. No hay restricciones en cuántas sugerencias puede hacer una persona, qué tan realistas tienen que ser ni la edad que debe tener. Las ideas van desde clases de arte para aquellos que estudian desde casa hasta una espada láser real. Pero lo que es realmente inspirador es lo mucho que le gusta a la gente leer las ideas de otros y cómo eso les ayuda a conectarse con otros visitantes del museo, ya sea que visiten el museo el mismo día o con semanas de diferencia.
No todos los ejemplos de construcción de la comunidad compartiendo ideas son planeados. A veces, la gente se reúne de forma espontánea, a menudo debido a una pérdida o tragedia, para apoyarse mutuamente mediante el simple intercambio de mensajes de esperanza. Cuando Steve Jobs falleció, la tienda de Apple en Palo Alto se convirtió en un monumento improvisado para él. Los fans de Jobs, de su compañía y del impacto que tuvo en el mundo cubrieron las ventanas de la fachada de la tienda con notas que expresaban su dolor, su amor y su esperanza para el futuro.
A veces, lo que compartimos en pequeñas dosis puede hacer una gran diferencia y resultar como el primer paso en el camino hacia un mundo mejor y más amigable.